El brioche es un tipo de pan cuyo componente importante es la yema, por cierto obtiene además el nombre de pan de yema, bollo de leche o bollo suizo. Hablamos de un pan dulce, por lo cual es considerado un postre, más que nada en Francia, sitio del que nace el pan brioche.
Se prepara con una pasta cuyos elementos son huevos, levadura, leche, mantequilla (400 gramos o más por cada kg de harina) y sacarosa, obteniendo un pan bastante ligero de textura sin embargo de profundo sabor. Tiene un color bastante característico, la miga es de un amarillo pálido, a medida que la corteza muestra un tono poderosamente dorado.
Puede hacerse con diferentes maneras y hay inclusive quien incorpora pasas para darle un toque particular. Aunque suele utilizarse como postre hay situaciones en las que se usa para escoltar platos de carne o salados, produciéndose un contraste de sabores.
Historia del brioche
Se considera que su origen primitivo es normando, el término brioche surge por primera ocasión en una impresión del año 1404. Por cierto, existe una diversidad de brioche en cada zona de Francia. A la reina Maria Antonieta se le atribuye una anécdota, obviamente previa a que le cortaran la cabeza, que denota su carácter juguetón y más bien frívolo.
Era un periodo de hambruna en toda Francia, las cosechas habían sido malas y los habitantes de los barrios más pobres de París no tenían con qué alimentarse. Hasta el punto de que la población acudió a las puertas del Palacio de Versalles reclamando alimentos. Maria Antonieta, luego de que le hubieran servido un desayuno exuberante, escuchó de boca de su ayuda de cámara la súplica del poblado, pedían que se les lanzasen sacos de pan para paliar su apetito. Pero Maria Antonieta rió: – !¿Qué no poseen pan?!- exclamó-, ¡Pues si no poseen pan, que les den brioche!”.